jueves, 28 de octubre de 2010
Perlita histórica
Este es un acuerdo entre la señorita.................. maestra, y el Consejo de Educación y la Escuela........................... por la cual la señorita ........................................... acuerda impartir clases por un período de ocho meses a partir del ................... de 1923.
La señorita acuerda:
1º - No casarse. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si la maestra se casa.
2º - No andar en compañía de hombres.
3º - Estar en su casa entre las ocho de la tarde y las seis de la mañana, a menos que sea para atender una función escolar.
4º - No pasearse por las heladerías del centro de la ciudad.
5º - No abandonar la ciudad bajo ningún concepto sin el permiso del presidente del Consejo de Delegados.
6º - No fumar cigarrillos. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encontrara a la maestra fumando.
7º - No beber cerveza, vino ni whisky. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encontrara a la maestra bebiendo.
8º - No viajar en ningún coche o automóvil con ningún hombre, excepto su hermano y su padre.
9º - No vestir ropas de colores brillantes.
10º - No teñirse el pelo.
11º - Usar al menos dos enaguas.
12º - No usar vestidos que queden a más de cinco centímetros por encima de los tobillos.
13º - Mantener limpia el aula:
a) Barrer el suelo del aula al menos una vez al día.
b) Fregar el suelo del aula al menos una vez por semana con agua caliente y jabón.
c) Encender el fuego a las siete, de modo que la habitación esté caliente a las ocho cuando lleguen los niños.
d) Limpiar la pizarra una vez al día.
14º - No usar polvos faciales, no maquillarse ni pintarse los labios.
(Fuente: Extraído de "La Revista del Consejo Nacional de la Mujer", Año 4, Número 12, Marzo de 1999, Buenos Aires)
viernes, 13 de agosto de 2010
La incoherencia de la vida
(Poema de María Clara Segobia - Cónsul das Poetas do Mundo)
No está permitido
niño gritar.
No está permitido
niño saltar.
No está permitido
niño correr y jugar.
Aunque grite, salte,
corra, juegue,
existe una norma.
Debe saltar con calma.
Gritar con moderación.
Jugar sin ruido.
El adulto puede
gritar sin medida.
Triste incoherencia
de las leyes adultas.
miércoles, 7 de julio de 2010
Opiniones diversas sobre educación
"...Uno tenía que atiborrar su mente con todas estas cosas, gústele o no. Esta coerción tenía un efecto deteriorante tan grande que después que pasé el examen final descubrí que tener que considerar cualquier problema científico resultó desagradable durante todo un año.
Es un milagro que los métodos modernos de instrucción no hayan estrangulado totalmente el sagrado espíritu de la investigación: porque esta delicada planta, además del estímulo, necesita la libertad para sobrevivir; sin esto, naufragará y se arruinará sin duda.
Es un grave error pensar que el disfrute de observar e investigar se puede promover por medio de la coerción y el sentido del deber.
Albert Einstein
lunes, 10 de mayo de 2010
MISIÓN – PROFESIÓN – VOCACIÓN
Misión es el “para qué” venimos a esta Tierra. El proyecto que llevamos desde el momento anterior al nacimiento, y que da sentido, fundamenta ese nacimiento.
Desde chicos, se observan en nosotros, las “herramientas” que traemos, los dones con los que contamos, para “cumplir esa Misión”.
Fulanita es rebelde, contestadota. Menganita es callada y diplomática. Otro es mediador. Otro, artista, creativo con algo de locura. Otro, activo, práctico y emprendedor. No me refiero a cómo se va formando la personalidad según nuestro entorno social, familiar o cultural, sino al bagaje de actitudes, conocimientos, que ya traemos con nosotros y se distinguen desde el mismo instante en que nacemos, esa “sabiduría innata”.
La palabra vocación suena a algo parecido. Es aquello que nos gusta hacer, que nos atrae, que sentimos “estar hechos para ello”, que realizaríamos aún sin tener paga alguna por hacerlo. La “vocación” está referida a algo más terreno, menos espiritual, más “de esta vida”; en tanto que el término “misión” es más abarcativo, va mucho más allá, incluye un “algo” espiritual. (Quienes creen en la existencia de más de una vida, es decir, en la reencarnación, también creen que empleamos varias de estas encarnaciones para el cumplimiento de una misión).
Profesión, en cambio, está relacionada con alguna actividad de índole comercial, laboral, o estudios que nos permitan alcanzar o desarrollar dicha actividad. Es aquello a lo que nos dedicamos (o nos dedicaremos), para obtener un rédito económico que (supuestamente) nos permitirá subsistir.
Cuando misión-profesión-vocación van juntas, la persona siente plenitud, felicidad, algo así como “la seguridad de estar haciendo lo que uno vino a hacer”. Como consecuencia de esa plenitud, de esa alegría, surge una gran corriente de energía positiva que reafirma el continuar en ello, aún cuando el pago sea insuficiente o, exija pasar muchas horas trabajando con ese fin.
Como antes mencionaba, al nacer, el bebé ya trae consigo herramientas para cumplir con su misión, y otras a ampliar, o mejorar, que le permitirán superarse cada vez más, “crecer” más allá del crecimiento físico.
En el Jardín de Infantes, a menudo se valoran las diferencias, se trabaja mucho mediante el juego, en libertad, y las “herramientas” de cada niño, se ven en todo su potencial, en cada actividad que realiza.
A medida que el chico crece, comenzamos (como padres y como docentes), a poner nuestras expectativas personales en él, y esto puede jugar a favor suyo o en su contra… (¿Qué sucede si la “misión” del niño no está “alineada” con una “profesión” bien remunerada o que implique el prestigio social, que nosotros deseamos “para él”? ¿Qué pasa cuando una vocación (como la artística) no se ve socialmente como una profesión y la dejamos limitada a “un hobby”?). A esto, sumémosle la “obligación social” de, precisamente, “socializarlos”. Solemos confundir “socialización” con “uniformidad”. Esperamos y pedimos que se comporten “normalmente” (¿Y qué es “normalmente”? ¿Es posible que algo sea “normal” para una familia y “extraño” para otra?). Entonces, exigimos que se junten con “familias como uno” (lo que los vuelve intolerantes e irrespetuosos ante realidades ajenas, tan válidas como la nuestra), que estén callados y atentos aún ante una actividad aburrida o lejana a ellos, distante a sus emociones. (¿A que nadie tiene que “obligarlos” a permanecer quietos y callados cuando ven la serie de televisión que les gusta? Y que guste, no necesariamente quiere decir que sea naif, o de poco contenido. Hay programas de gran contenido metafísico o filosófico de trasfondo (como por ejemplo, “Casi Ángeles”), otros, de contenido científico (como los de Animal Planet), y otros sí, de entretenimiento (que también es necesario, y un tema sobre el cual me explayaré en otra entrada).
Una vez, en un Colegio secundario católico al que asistí,
No lo expresé, pero recuerdo haber pensado… “entonces… ¿para qué sirve una misa?”. Obviamente, jamás admiré a esa santa, ni fue ningún ejemplo educativo para mí (de hecho, ni siquiera recuerdo su nombre), y con mi prima, decidimos que era mucho más entretenido mirar chicos, que contar velas, en las misas. Y eso no nos hizo mejores ni peores personas, ni mejores o peores cristianas.
En definitiva, el problema es que, cuando socializamos, estamos educando para vivir en sociedad, pero cuando uniformamos, cercenamos, coartamos posibilidades, logramos que se destaquen los que se callan, los que no se muestran, los que ceden posiciones propias ante posturas ajenas, los que aceptan normas externas sin haber comprendido o internalizado si esa norma es válida y, por ende, no luchan por cambiar normas obsoletas o ridículas, los que se muestran como los demás los quieren ver, los que se reprimen ante la opinión del grupo. Al crecer se volverán cerrados, intolerantes, adaptables tanto a lo bueno como a lo malo, incapaces de valorar las diferencias como algo enriquecedor, creedores de que todo lo bueno se limita a lo que ellos piensan porque la mayoría piensa igual, o porque lo dijo un famoso escritor internacional (que era un perfecto desconocido hasta que el marketing nos hizo pensar que el libro que vemos hasta en la sopa es genial, y todos “debemos” leerlo).
Esto no se ve, pasa desapercibido en nuestra sociedad, pero… a pesar de haber dejado de comprarles armas de juguete, a pesar de obligarlos a juntarse con “iguales” por miedo a lo diferente, los chicos están cada vez más insatisfechos, apáticos, tristes, violentos, y manejados por un capitalismo que (a través de ellos) nos manejará a nosotros. La droga afecta por igual a todos los “desiguales”. Y en lo personal, no creo que esto se deba únicamente a una cuestión de límites. Es una cuestión de AMOR AL OTRO, de AMAR AL PRÓJIMO Y A NOSOTROS MISMOS, EXACTAMENTE POR IGUAL, y con todo lo que la palabra “AMOR” significa: aguante, tolerancia, respeto, discusiones, abrazos, llanto, risas, aceptación, y todo lo que no cabe en palabras…
Hoy en día, las sociedades necesitan chicos cuestionadores, pero tolerantes; firmes y con personalidad, pero que sepan respetar a quienes sostengan ideas o creencias diferentes. Y como docentes, lo primordial es SABER ESCUCHAR, SER CAPACES DE VER Y SENTIR más allá de lo que escuchamos, y AYUDAR DESDE
En un mundo tan difícil, ACEPTAR, TOLERAR, ESCUCHAR Y ABRAZAR no son acciones tan difíciles.
Y hablemos, pero también HAGAMOS ACORDE A LO QUE HABLAMOS… un ejemplo vale más que mil palabras…
ROXANA LAURA RONQUILLO
Junio de 2009
domingo, 25 de abril de 2010
ALUMNOS INTELIGENTES (Un poco de humor...)
Profesor: “¿Cuántos corazones tenemos nosotros?”
Profesor: “¿Dos?”
Alumno: “Si, el mío y el suyo.”
Dos alumnos llegan tarde a la escuela y dicen como justificación:
1er. Alumno: “Me he despertado tarde, he soñado que fui a la Polinesia y el viaje ha tardado mucho.”
2do. Alumno: “Y yo me he ido a esperarlo al aeropuerto.”
Profesor: “Paco, diga 5 cosas que contengan leche.”
Alumno: “Si, señor profesor. Un queso y 4 vacas”
Profesor (preguntando en un examen oral a un alumno de Derecho):”¿Qué es un fraude?”
Alumno: “Un fraude es lo que está haciendo usted.”
Profesor (indignado): “¿Cómo es eso?”
Profesora: “María, señale en el mapa donde queda América del Norte.”
Profesora: “Correcto. Ahora los demás respondan: ¿Quién descubrió América?”
Los demás: “María”
Profesora: “Juanito, dime con sinceridad, ¿rezas antes de las comidas?”
Juanito: “No, sra. Profesora, no lo necesito, mi madre es buena cocinera.”
Profesora: “Arturo, tu redacción “Mi perro” es exactamente igual a la de tu hermano. ¿La has copiado?”
Arturo: “ No, profesora, es que el perro es el mismo.”
Profesora: “Carlitos, ¿qué nombre se da a una persona que continua hablando aunque los demás no estén interesados?”
Carlitos: “Profesora”
viernes, 9 de abril de 2010
Gran error docente nº 2: Las preguntas del profesor Jirafales
Vamos a distendernos un poco, y a reírnos con el "profe" Jirafales: