lunes, 30 de marzo de 2009

UN VIAJE AL CORAZÓN

Después de mi larga ausencia (estuve como loca inmersa en los actos públicos aunque siga con mi trabajo como maestra de apoyo escolar), quería compartir con ustedes un hermoso texto de Robert P. Ocker (hermoso, no literariamente, sino por la sabiduría que encierra). Estamos frente a niños distintos. Frente a un paradigma, un cambio. Y para poder avanzar, es necesario que tomemos consciencia de este cambio. Que logremos comprenderlo y situarnos en él. Por eso, recomiendo la lectura de este ensayo de Robert P. Ocker ("consejero de una escuela de enseñanza media en el distrito de Mondovi, Wisconsin. Un mercader de esperanza y un agente de cambio. Su pasión y propósito durante la mayor parte de su vida ha sido orientar a la juventud")

UN VIAJE AL CORAZÓN

Una visión educativa para los pioneros del nuevo paradigma

Por: Robert P. Ocker

Estamos atravesando un momento crucial en la educación y en la forma de criar a los niños: el momento de cambio de paradigma. Hay un sentir general de que la pregunta de cómo criar y educar a nuestros hijos es la pregunta más profunda con que nos enfrentamos hoy. La educación requiere de una nueva visión para los niños del Siglo XXI, ofreciéndoles esperanza e inspiración a todos los niños del mundo. Esta visión se puede encontrar en los sueños de los niños. Necesitamos un entendimiento profundo de la vida humana para poner en práctica una pedagogía comprensiva que sirva a la humanidad del nuevo milenio, esa humanidad que es por supuesto, los niños de hoy. Los niños son el más valioso tesoro y nuestro futuro depende de cuán profundamente podremos comprender esa vida humana.

Los educadores debemos admitir que así como exigimos una transformación de la actual estructura social, así también debemos exigir la transformación del arte de la educación que debe brotar de una fuente diferente. Por supuesto nosotros podemos hacer esa transformación ya que el arte de la educación depende de los educadores.

Los educadores debemos desarrollar un nuevo entendimiento de la naturaleza humana y ofrecer nuestra guía basados en ello. Debemos dar a nuestros niños y estudiantes el regalo de nuestra guía a través de una disciplina interna y de paz.

Debemos percibir la verdadera naturaleza de los niños a medida que ellos se desarrollan y permitirles su desarrollo como seres humanos. Son ellos quienes deben escoger cómo su naturaleza y esencia madurará en la edad adulta.

LOS EDUCADORES DEL SIGLO XXI GUIARÁN EL DESARROLLO DE LOS SERES HUMANOS OFRECIENDO EL REGALO DE LA DISCIPLINA INTERIOR. Con sabiduría y conocimiento guiaremos a niños de carácter para que se conviertan en individuos responsables, ingeniosos y amables.

Por lo tanto, como educadores, debemos convertirnos en los pioneros del paradigma, debemos revisar nuestros conceptos acerca del significado, propósito y función de la educación y presentar una nueva forma de pensamiento. Debemos enseñar a nuestros niños CÓMO pensar y no QUÉ deben pensar. NUESTRO PAPEL NO ES TRANSMITIR CONOCIMIENTO, SINO TRANSMITIR SABIDURÍA. La sabiduría es el conocimiento aplicado. Cuando damos a los niños sólo conocimiento les estamos diciendo lo que deben pensar, lo que supuestamente deben conocer y lo que queremos que ellos crean como verdad.

Cuando transmitimos a los niños sabiduría, no les estarnos diciendo lo que deben saber o lo que es cierto; en lugar de ello, les guiamos a que sean ellos mismos quienes busquen su propia verdad. Por supuesto no podemos ignorar el conocimiento cuando enseñamos sabiduría porque sin conocimiento no hay sabiduría. Cierta cantidad de conocimiento debe pasar de una generación a la siguiente, pero debemos permitir que los niños la descubran por sí mismos. El conocimiento con frecuencia se pierde pero la sabiduría nunca se olvida.

Yo imagino un sistema educativo basado en el desarrollo de las habilidades y capacidades del niño en lugar de desarrollar sólo su memoria. Los niños son nuestros guías; debemos darles la oportunidad de descubrir y crear sus propias verdades. El pensamiento crítico, la solución de problemas, la imaginación, la honestidad y la responsabilidad deberán ser el punto de partida de la educación de los niños del Siglo XXI.

MI VISIÓN DEL FUTURO DE LA EDUCACIÓN ESTÁ BASADA EN UN AMOR INCONDICIONAL. ESTA ES LA ESENCIA DEL NUEVO SER HUMANO. Nosotros, los educadores, debemos asegurarnos de rodearnos de colegas quienes tengan el corazón y el alma para educar los niños de hoy para ser la gente de mañana. Una educación real se preocupa del cuerpo, el alma y el espíritu, que debe ser intrínsecamente libre e independiente. La verdadera educación debe preocupase por darle vida a la gente. Los educadores daremos un extraordinario servicio a la humanidad si somos los pioneros en este cambio. Debemos renovar el sistema educativo para el mejoramiento de la humanidad. Si usted como educador toma parte de este viaje al corazón, los niños serán bendecidos y con ellos el futuro de toda la humanidad.